Una época de mi vida puede simbolizarse con una persiana rota...
En la casa de mis padres, la habitación donde yo dormía era extremadamente pequeña.
Me gustaría decir que era calentita en invierno y fresquita en verano,
lamentablemente nada más alejado de la realidad.
Lo que si me gustaba era que tenía una ventana grande.
En los días calurosos, por las noches llegaba el aroma de las rosas del jardín
de la vecina que vivía detrás.
Unos metros más allá de su casa se encontraban
dos árboles enormes y frondosos,
Su follaje estaba siempre iluminado por una farola
que los resaltaba contra la negrura de la noche.
Sus voces, alentadas por la brisa juguetona de mi ciudad natal, me arrullaron más veces
de las que podría imaginar...
En aquellos días una tormenta lentamente se posó sobre mi.
Hubiese preferido que se tratara de una tormenta de polvo,
polución, agua y granizo;
lamentablemente se componía de miedo, inseguridad y dudas.
Paralelamente la persiana en mi habitación se rompió,
no subía ni bajaba, ya no podía ver los árboles ni las estrellas
y así permaneció mucho tiempo.
Poco a poco me adentré en un pozo,
esos que te resguardan de la intemperie
y te ocultan de toda forma de vida.
En él dormía y respiraba,
y aunque en el exterior me encontraba inmóvil, aletargada,
somnolienta,
en mi interior no había un segundo de paz; no había tregua
que permitiera llenar los pulmones de aire puro o disfrutar la calidez del sol.
Viviendo en ese pozo comencé a preocupar a mis seres queridos,
a inquietarlos...
y desilusionarlos.
Meses y meses pasaron,
luego de escapar con videojuegos
llegaban las horas de silencio,
de investigación y lectura.
Solo en esas horas parecía haber esperanza,
en ellas visualizaba el futuro,
cómo llegar a él,
cómo sería la vida después de superar esos miedos tan primigenios,
tan íntimos, tan humanos.
Así me encontraban los rayos de sol que se colaban
por los orificios de la persiana rota,
y yo renegaba de aquella hora y me iba a dormir...
pero nunca a descansar.
Poco a poco comencé a moverme,
lo que había decidido debía manifestarse en el exterior.
Coordiné con amigos, planeé viajes, recorrí ciudades
en búsqueda del que sería nue mi nuevo hogar...
pero a mitad de camino, todo se vino abajo.
Estaba tan inmersa en estas maquinaciones,
-el miedo que debía superar, qué iba a hacer, cómo y dónde iba a vivir-
que la verdad se me hacía difícil de creer.
Descuidarme a mi misma, descuidar lo primordial,
tuvo el precio más alto.
Con siete palabras mi mundo se frenó en seco, se quebró.
¿Cómo puede pasar esto si me estoy esforzando?
¿Cómo puede pasar esto si estoy intentando cumplir mi palabra,
estar a la altura, recomponerme?
Recuerdo sentarme en mi cama, había ropa en el suelo,
el escritorio abarrotado, la puerta desencajada...
y la persiana rota.
Mirandola fue que entendí todo,
y lloré como nunca.
Veo estos recuerdos como si estuviesen
del otro lado de un cristal,
aunque los percibo inmaculados
no solo no puedo tocarlos,
sino que en ellos siempre llueve.
Al poco tiempo entendí que debía seguir con mis planes
pese a que ya nada tuviese sentido
Puse una fecha límite, no porque lo necesitara para actuar,
sino para cumplir un último deseo.
Saqué fuerzas de lugares insospechados, desconocidos para mi;
dejé de preguntarme si algo era lo que quería y lo reemplacé por lo que correspondía.
Pedí herramientas y comencé por arreglar la persiana.
Cuando terminé fue que me permití mirar afuera,
ver aquellos árboles que crecieron juntos
y esperar la llegada de las primeras estrellas.
Yo debía saberlo,
lo había visto desde otra perspectiva,
quizás no había podido asociarlo,
quizás ahora cobraba verdadero significado,
al mirar hacia los árboles,
solo había uno...
Maybe you could not believe it
That my love for you was blind
But I couldn't make you see it...
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There's a cold voice on the air,
you've been looking everywhere,
for someone to understand your hopes and fears,
well I've thought about that for many long years.
So I walk through Manser's Shaw
I don't see you anymore,
we love to think about the way things were,
but your time has gone and I'm glad it's over.
I don't know why I waste my time,
getting hung up about the things you say
when I open my eyes and it's a lovely day,
You know sometimes I feel like
I'm getting snowded under with the things you say,
when I open my eyes and it's a lovely day.
Now you think that you're alone,
so you make your way back home,
I'd love to greet the weary traveller,
but your time has gone and I'm glad it's over.
I don't know why I waste my time,
getting hung up about the things you say
when I open my eyes and it's a lovely day,
You know sometimes I feel like
I'm getting snowed under with the things you say,
when I open my eyes and it's a lovely day.
I don't know why I waste my time,
getting hung up about the things you say
when I open my eyes and it's a lovely day,
You know sometimes I feel like I'm,
getting snowed under with the things you say,
when I open my eyes and it's a lovely day.
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Ha pasado tanto tiempo que no sabría por dónde empezar!
Este último año estuvo cargado de movimiento, proyectos, enseñanzas, lazos reforzados y caras nuevas.
Hace unos meses me urgía volcar esas experiencias, transformarlas en letras,
y aunque así surgieron muchos esbozos de entradas,
no pude decantarme por uno.
Por otro lado, hace un tiempo escuché esta hermosa versión de Snowed Under
y mi mente voló sola a un escrito de años atrás,
un escrito que no sabía siquiera si contaba como borrador...
Creo ahora saber el porqué.
Para poder hablar del presente primero se debe revisar el pasado.
reverlo, analizarlo, comprenderlo en su basta extensión.
Solo así entendemos el largo camino que hemos transitado y lo mucho que hemos cambiado.
Escuchando la canción pude visualizar la distancia con aquel recuerdo
de la persiana rota,
los mares y montañas que nos separan.
Reconociendo esa distancia empiezan los escritos de este año...
Hasta pronto viajeros!
Hola, Aqua :-)
ResponderEliminarMuchísimas gracias por tu visita y comentario a mi blog de la Trastienda. Vengo a corresponderte y espero que podamos seguir leyéndonos en la medida que el tiempo nos lo pueda permitir.
Con tu escrito, nunca se sabe a ciencia cierta cuándo entramos en un agujero ni tenemos muy claro el por qué pero el caso es que es como si las hojas de un pesado e incomprensible libro fueran pasando sobre nosotros. Lo importante es saber que se acaba y que nuestro esfuerzo sí va a merecer la pena. Se sale a la luz.
Besos.
Muchas gracias Mag! Puedo imaginarlo de esa manera y ciertamente requiere un gran esfuerzo hacer que merezca la pena! Te mando un abrazote y pronto nuestras letras volverán a cruzarse! n.n
EliminarDan ganas de abrazarte.
ResponderEliminarÁnimo!!!
Muchas gracias Toro! Siempre aceptaría ese abrazo!
EliminarEspero estés bien.
ResponderEliminarBesos.
Así me encuentro Amapola! Gracias por tu deseo y sin dudas te deseo lo mismo :) Abrazote!
EliminarMaravillosa entrada
ResponderEliminarSi es realidad o creada
no importa
Me gusta como escribes
abrazos desde lo lejos
Siempre es un placer tu visita Reco! Muchas gracias por tus letras! Las de esta entrada han tocado ser realidad...Te mando otro abrazo a través de mares y tormentas!
Eliminardespues de leerte quedo tan satisfecha que no necesito leer el libro
ResponderEliminarbeso
Hermosa tu ventana!!!
ResponderEliminarSoy Dani.. de confesiones cautivas
Abrazo grande!
Dani! Recibo tus letras con el mismo cariño que siente una viajera solitaria al ver las primeras estrellas en el atardecer! Extraño tus poemas y me genera una gran alegría que te hayas tomado el tiempo para visitarme! Espero saber pronto de vos y pronto responderé tu otro mensaje! n.n
EliminarTe mando un abrazo enorme en esta noche de brisas ásperas!
Como estas Aquamarine, hace tiempo que te debo una visita, la entrada me ha encantado. A pesar de ser extensa no le sobra una palabra. En ella encuentro el fiel camino de la vida, ese camino silencioso y personal, tan particular que cada uno de nosotros recorremos como podemos a nuestro modo. Y nos deja sus momentos felices como sus cicatrices. Y allí esta el tiempo, dejando su huella imborrable en el viajero, haciéndonos recordar que los minutos no son estériles, mas bien son como las rompientes del océano que a su continuo paso todo lo destruyen o lo cambian. Allí descubriste un solo árbol después de tantos meses, solo para reforzarte la idea de que ya nada seria igual. Y que hay personas y cosas que ya no volverán, pero dejan su huella en nuestras vidas. El asunto es como seguir adelante? A veces pienso que ese mismo tiempo impiadoso que nos devora, a su vez es el que nos levanta y nos hace continuar. Porque la vida pasa, los días se van y en su rastro de soles y lunas nos dan el aliento para vivir. Porque simplemente no somos inanimadas piedras. Y hay algo dentro de nosotros que late a cada momento y nos lo recuerda.
ResponderEliminarEs por ello que vivir cuesta vida, pero que bello es vivir...
Te envió saludos y me alegro mucho de verte escribiendo nuevamente.
Querido Emanuel! Cada vez que vuelvo a encontrarme con los escritos, tu rincón es una visita obligada y tus mensajes abrazos sinceros! Es en ese tiempo impiadoso en el que nuestro corazón se forja y la hoja se quiebra o renace victoriosa y flexible. Y encuentro también que por ese tiempo muchos se han extraviado por correr cuando tocaba caminar, aunque admito que hace mucho dejé de juzgar esos caminos...
EliminarCiertamente el tiempo no frena a ver como nos abrazamos las rodillas y nos obliga a hacer lo necesario, lo que corresponde, lo que nadie puede hacer por nosotros.
Como decís, hay algo dentro de nosotros que late, y es ahí donde reside la fuerza, la razón que nos lleva a seguir adelante n.n
Te mando un gran abrazo querido Emanuel y a la brevedad me verás en tu rinconcito!