Náufragos Celestes

miércoles, 20 de noviembre de 2019

Loneliness and Truth


-Un recuerdo llega a mi en este instante: yo estaba enojada con mi padre,
estábamos en la casa de mis abuelos, recuerdo renegar y no querer subir al auto como protesta.
En un momento él dijo "esta bien" se subió al auto y arrancó sin mi.
No podría precisar cuántos segundos transcurrieron hasta que empecé a correr detrás llorando-


De pequeños seguro nos lo han hecho más de una vez, pero me ha dejado pensando...

¿Quién no ha escuchado sobre el peso de la soledad?
 Aunque a mi nunca me pareció que pesara,
es más bien volátil, sutileza que traspasa la piel y llega a los huesos,
doblega desde dentro, alterando la percepción en lento degradé de grises.
No es raro sentirla aun en compañía, después de todo soledad no es total aislamiento,
sino carencia de verdadera comprensión, de verdadera conexión.
-desdichada aquella persona que solo conozca de necesidades
 y después se pregunte por qué la ataca una sensación de vacío-
Deseada o no, la soledad invita a preguntarse, a dudar, a recalibrar,
y no todos quieren o pueden manejar las respuestas.

La soledad tiene una extraña conexión con la verdad.
La desviste, la despoja de los harapos de miedos e inseguridades con los que se la oculta día a día.
-Las mentiras y las excusas son para los demás, una defensa, una ilusión-
Quienes desconocen este vínculo rehuyen de ella, se ahogan en maquinaciones,
entierran juramentos con tal de escapar
y de que su castillo no sea tragado por el mar.
El precio a pagar es la conformidad, tejer una red más amplia de excusas y rezar
que sea suficiente. Eterna búsqueda de distracción, de compañía,
de oyentes calificados a quienes convencer y así autoconvencerse más;
Por el contrario, si una persona soporta grandes dosis de soledad
y quiere gozar de auténtica felicidad,
 entre otras cosas, tiene que comprometerse seriamente a no mentirse,
a escapar de la tentadora vanidad, a corregirse,
a aceptarse y confiar en si misma.
Esto, paradójicamente, suele aislarlas aun más.
En mi experiencia, quienes han logrado comprometerse con estas máximas,
se rehúsan a sacrificar su soledad si no es por verdadera compañía,
por alguien que entienda lo que ellos entienden
y valore lo que ellos valoran, o al menos tenga disposición de hacerlo.
 No es de extrañar que al preguntarles sobre estas cuestiones afirmen que
seguirán así antes que hacer como los demás
y dormir todas las noches con quien no sueñan...


Lilja 4-ever

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Ha sido una entrada espontanea, cuando el recuerdo que mencionaba entró en escena me dije
"Entiendo por que siendo niños escaparíamos a la soledad ¿Pero de adultos?"
Aunque de pequeña pasé más tiempo sola del que me gustaría admitir -en cuanto a amistades-
nunca me sentí aislada o siquiera incómoda con mi compañía, pero no podría negar que las siguientes palabras de Jung describen algo que me ha acompañado todos los años de mi vida.

"De niño me sentía solo, y todavía me siento así, 
porque sé cosas e insinúo cosas que otros parecen no conocer,
 y la mayoría no quiere saberlas.
 La soledad no consiste en no tener personas alrededor,
 sino en no poder comunicar las cosas que a uno le parecen importantes,
 o de callar ciertos puntos de vista que otros encuentran inadmisibles."

Carl Gustav Jung
Recuerdos, sueños, pensamientos.