Hay sueños que resuenan en nuestro interior, arañan las paredes de una prisión borrosa,
se preguntan cuándo decidimos abandonarlos en aquél lugar donde no abriga la luz del sol, acaricia la brisa del mar ni reconforta el canto de la lluvia.
Sus quejas no se deben a un tipo de ansiedad,
a un anhelo ingenuo,
provienen de la certeza de su destino fúnebre.
Incontables noches los vimos crecer, dibujándolos sobre un lienzo de estrellas,
consumiendo horas en dotarlos de realismo;
descartando lugares para vivir,
eligiendo un nombre bonito,
sonriendo al considerar detalles tan insignificantes como
el color de una pared, el diseño de una tetera,
el aroma del estudio.
Si prestas atención quizás escuches "¿Por qué no? ¿Qué pasó?"
Creeríamos que si les diésemos las respuestas al fin encontrarían paz,
pero no es así, se niegan a darse por vencidos
sin entender que hay situaciones en las que el mejor resultado
sigue implicando un gran dolor.
Reniegan porque una vez fueron parte de nuestro corazón,
conocen la naturaleza del fuego de la forja,
del calor que los creó.
¿Qué nueva invención los desplazó?
Yo les juraría que eso nunca sucedió, que ser responsables y seguir el código al que prestamos juramento
implica muchas veces dejar un vacío,
alejarse de la añoranza, de la calidez, de la suavidad,
y actuar conforme a lo creemos que es correcto,
sin conveniencia ni segunda intención,
aunque ésto implique navegar en un mar de desolación.
Les confesaría que cuando era chica forjé una imagen de mi misma
con la que intento coincidir aún hoy,
que ese
traicionar mi más pura esencia.
Ese es el sueño que vivo a diario y con el que deben batirse a duelo todos los demás.
podrán escapar del abismo al que fueron lanzados.
Quizás yo este equivocada y esa sea la razón por la que reniegan después de todo,
quizás intentan recordarme algo que sabía pero elegí olvidar,
quizás esa esperanza sea la verdadera razón de estas letras,
que a pesar de no formar parte de los discursos,
de lo ordinario,
escucho su voz en el ocaso de la vigilia,
en la aurora de la fantasía;
quizás, de a poco, logren retirar el velo que cubre mi corazón,
y aunque todo haya cambiado,
al menos parte de ellos
pueda volver a su verdadero hogar.
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Que bella entrada, esta plasmada de sentimientos y narrada con poesía. Irradia sensaciones del hoy y del ayer. Y pienso mientras la releo, que hay sueños... muchos sueños que relegamos sea por inalcanzables, porque son bellos pero de un matiz egocéntrico y la realización de estos dañaría a alguien cercano. Y a veces simplemente porque son demasiado hermosos, porque no nos animamos a concretarlos por miedo a que esta casi sagrada ilusión se rompa como un frágil cristal. Por eso es que por las razones que puedan ser hay tantos momentos en tantos días distintos donde tímidos pero latentes llaman hacia las puertas de nuestro pensamiento clamando ser escuchados. Y así en un acto casi subconsciente sea por resignación a que estos son inalcanzables, por cariño a los demás, o por protegernos a nosotros mismos de la amargura, del desconsuelo de ver algo tan maravilloso fracasar. Los seguimos encerrando en los confines de nuestro espíritu. Y ahí quedaran hasta que algún día tengan la oportunidad de florecer como raíces sobre las piedras o sus pequeñas luces se apaguen en las fauces del olvido...
ResponderEliminarUn saludo enorme Aquamarine y buenas noches. Por lo pronto me voy a navegar en mi mar de sueños en busca de las Oceanides, para escucharlas tocar sus liras en los peñascos lejanos.
Tantas verdades y hermosas imágenes en tus palabras Emanuel! Esos sueños brillan distantes como estrellas en lo profundo de nuestro corazón. Has descrito a la perfección las terribles cadenas que los someten, y no fueron impuestas por otras manos que no sean las nuestras. No puedo dejar de preguntarme cuando entenderemos su verdadero significado.
EliminarEs mi deseo que las ninfas te reciban con su canto todas las noches en las que arrecia la soledad y se nos escapa el lucero...
Que hermoso escrito! me hace recordar y sentir nostalgia, creo que todos tenemos nuestro lugar de sueños olvidados que nos hacen sentir lo que un día fuimos, que nos hacen sonreír por lo que hoy somos. Hacia tiempo no pasaba por tu casa, pero mis pasos vuelven sobre mis huellas y agradezco que aún continúes.. aquí. Un abrazo infinito!
ResponderEliminarTan grata sorpresa Coeli! Años han pasado y es una dicha que volver sobre tus pasos te haya traído aquí! Siempre serás bienvenida en este rinconcito! Como dices, tenemos una ciudad de sueños olvidados que son tan parte de nosotros como nuestras manos o corazón.
EliminarComparto tu abrazo infinito y me alegra saber que te dejaré otro muy pronto!