Ella no pudo evitarlo, te lo dijo pero tú solo tenías oídos para ti mismo. El mensaje se borró como si fuese escrito sobre agua y ahora no hay nadie que lo recuerde. Danielle corrió y pasó bajo el puente a un lado de la catedral; tenía que alcanzarlo, de otro modo...mejor ni pensarlo...
Creyó verle en una terraza, corrió a toda velocidad pero cuando llegó allí solo se encontró con el viento...

Llego tarde, y en su memoria quedara aquella última carrera.
ResponderEliminarA veces lo que perseguimos se nos escapa y lo unico que podemos hacer es aprender a no dejar marchar precipitadamente.
Saludos
jo k triste!pero desde luego una parte de la cruda realidad d algunos momentos de la vida
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