Corría y corría en aquel sueño descabellado, todo daba vueltas y mi perseguidor me alcanzaba, luego desperté y el nuevo fugitivo fue el sueño. En aquella oscuridad impenetrable temí, temí que mis cazadores salieran de las penumbras de mi habitación, que me tomen los pies o las manos y de pronto así fue. Salí por la ventana y salté sobre tejados para ocultarme en las más terribles de las sombras, nadie debía poder verme allí
...pero lo hacían.
“Profundamente mirando en la oscuridad, siempre estaba allí, preguntándome, temiendo, dudando, soñando sueños que ningún mortal se atrevió a soñar”
Edgar Allan Poe, The Raven