¿Por dónde fue? Danielle perdió el rastro de su presa, recorrió calles y calles hasta perderse ella misma. Izquierda, derecha, adelante, atrás, ¿qué diferencia habría? la noche ceñida sobre la ciudad ocultaba los pocos rostros que pasaban a su lado, si lo viera ¿lo reconocería? siguió derecho un tramo corto y fue abordada por un par de sombras, golpeó fuertemente a la primera que quiso ponerle la mano encima y salió corriendo, la segunda sombra dio tres largas zancadas y le barrió los pies. Danielle cayó al suelo golpeándose los codos y perdiendo el aire. Se dio vuelta muy adolorida y pudo distinguir entre los dos malhechores que se erguían delante de ellas una tercer figura que se aproximaba rápidamente. Se escuchó un grito ahogado y un sonido apagado, la figura del hombre que había hecho caer a Danielle intentaba golpear a una sombra y luego de recibir cinco golpes cayó él también desmayado al suelo.
-Te dije que no me sigas-dijo la sombra
-No me importa, no voy a dejar que cometas una locura-respondió Danielle sin levantarse.
-No, no es locura lo que haré ni lo es la causa. Sé lo que debe hacerse y veré que sea hecho- respondió el que era la presa de Danielle mientras le tendía una mano para ayudarla a levantar.
-Pero ¿Por qué tú?
-Porque una vez que se tiene un conocimiento no se puede actuar como si no se lo tuviera.
Danielle lo abrazó, sintió el calor de su cuerpo y su respiración tranquila aún después del altercado. La necesidad de besarlo se apoderó de ella, levantó el rostro y vio que él la miraba con ojos amables pero fríos, el abrazo terminó y él se alejó lentamente sin decir nada.
Las palabras se trabaron en los labios de Danielle y no pudo decir lo que quería, sabía que diga lo que diga aquél muchacho no cambiaría de opinión, por lo que lo dejó partir sin más. Poco a poco la figura del joven se fundió con la oscuridad hasta desaparecer completamente.
¿Volvería a verlo? Eso era algo tan incierto como las imágenes de un sueños mal recordado.