Náufragos Celestes

miércoles, 30 de octubre de 2013

Malabarista

El atardecer nacía veloz, Ahri caminaba cazando pensamientos. Las hojas de los árboles caían a su alrededor y un silencio que no era del todo silencio se había instalado en la ciudad. Al llegar a la esquina vio a un joven haciendo malabares para los automovilistas. La facilidad con la que arrojaba y atrapaba los bastones en llamas era bastante impresionante. Las cuadras iban pasando pero la vista mental de Ahri había quedado rezagada. Se dijo "hay algo especial en lo que hace ese chico ¿Qué es?" La canción que escuchaba terminó y prestó atención a su entorno.
 Una nueva melodía comenzó suave y tranquila, como el flujo de un pequeño arroyo en las lejanas montañas. Pronto había regresado la joven sobre sus pasos para detenerse en aquella esquina centenaria. Su cara ahora dejaba entrever el placer de la respuesta. No eran las largas horas de práctica, sus gestos de confiada concentración , las suaves caricias del aire bajo el rosa agonizante de las nubes; era la certeza de la elección, la elección del arte era lo que le daba a aquél joven un brillo único. Afirmaría que los que pueden salir de la rutina y mirar las cosas como si fuera la primera vez que las ven, encontrarían aquella esquina gris, plagada de monstruos publicitarios, pintada por infinitos arcoíris.



Malabarista de la vida, ten cuidado con lo que puedes dejar caer...


2 comentarios :

  1. me encanto la entrada, sobre todo una de las frases del final, encontrarle lo lindo a la vida es todo un arte, gracias por tu comentario, un beso enorme!

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  2. Muy buen texto, me gusta mucho :) Es muy original y la manera en que se desarma es hermosa. Besos!

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¡Gracias por dejarme tus letras, te aseguro que pronto recibirás las mías!