Náufragos Celestes

jueves, 16 de septiembre de 2010

Noche de niebla

Franco caminaba a su casa tarde en una noche de invierno. No había un alma a la vista, solo se escuchaba el ladrido de algún perro refugiado en quien sabe que oscuridad.
De pronto cayó una niebla suave que se volvió impenetrable en solo unos minutos.
Todo permanecía igual, inalterado, sin vida, solo que ahora un velo blanco, espectral, amplificaba la sensación de soledad. Esa sensación de soledad generó en el joven unos cuantos pensamientos; pero ante todo pensó en la pérdida, en el acto de perder algo o a alguien.
Distinguió primero entre sentirse solo y estar "realmente" solo. A él le gusta estar solo de vez en cuando, porque sabe que en realidad no esta solo, que en cuanto lo necesite tiene a su pareja, familia y amigos.
Pero se imaginó lo que sería perder a alguien; le vinieron a la mente una gran cantidad de momentos felices, entre ellos uno de sus recuerdos más antiguos: una tarde en la plaza con sus hermanos; pero de pronto se imaginó que sus hermanos se desvanecían, que por alguna razón no se le iba a permitir crecer junto a ellos. Recordó otros momentos junto a sus hermanos, pero estos desaparecían... Franco se vio a él mismo en su casa, pero las habitaciones no estaban habitadas; las risas no hacían eco en las paredes; los sillones no estaban ocupados; no había quien lo acompañe, quien despeje sus dudas, quien lo pelee, quien lo defienda, quien lo entienda...
Se vio cenando, pero la mesa estaba casi vacía; se vio sentado frente a la computadora y nadie venia a decirle que su turno había terminado, pero tampoco nadie se la había enseñado a usar.
Franco imaginó esto y más, decena de historias similares en solo unos minutos...recordó una vez más que tan poco sabe de la vida, que incomprensible que es el sufrimiento de una persona que perdió a un ser querido, que hay pruebas que desearía no rendir nunca.
Las lágrimas asomaron en sus ojos...todo esto causado por el silencio y la niebla, se sintió un poco tonto, pero al imaginarse sin algunas personas queridas también se sintió muy afortunado por lo que tiene y los momentos que pudo compartir con personas tan extraordinarias; se sintió maravillado por lo que llamamos Vida.
Consideró la infinitud del espacio y su lugar en él...no había punto en imaginarse sin seres queridos, no sabía que haría en esos momentos, es algo incontrolable; pero sí sabía que hacer cuando todavía están, vivir al máximo con todos ellos, hacerlos sentir queridos tanto como ellos lo hacían sentir a él.


Franco
atravesó la niebla y rompió el silencio cantando; llegó a su casa recordando que es parte de algo muy especial, que ningún momento es igual a otro, y recordando que tenía que hacer todo lo posible por hacer sentir especial a varias personas...

5 comentarios :

  1. Hay veces que no nos damos cuenta de que por muy lejos que estemos o nos sintamos de los nuestros, ellos siempre están ahí pero tenemos que ser conscientes de ellos antes de que sea demasiado tarde.
    Besos!!

    ResponderEliminar
  2. nuestros sentimientos y el amor puede hacer felices a los demas, pero a veces es difacil llegar a esas palabras q harian feliz a alguien.

    ResponderEliminar
  3. Muy cierto Carmela y Purple! gracias por pasar!

    ResponderEliminar
  4. Primero que nada gracias por tu comentario, me gusta que hayas compartido tu punto de vista, gracias. Y este texto me gusto mucho y me hizo acordar a " uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde", supongo que eso es lo que se plantea Franco, que tiene que vivir lo que tiene y agradecer. Un beso grande.

    ResponderEliminar
  5. Me han gustado mucho tus palabras, una entrada muy bonita.
    La manera en que los pensamientos tristes le inundan la mente con la aparición de la niebla y la manera en que logra escapar de ellos, cantando y dandose cuenta de lo que valen los que tiene alrededor me ha gustado mucho!!

    Besos y que tengas un buen día!:)

    ResponderEliminar

¡Gracias por dejarme tus letras, te aseguro que pronto recibirás las mías!